2001.- La topografía en el karst de Ojo Guareña


La topografía en el karst de Ojo Guareña
Autores:
Pedro Plana Panyart y
Miguel Angel Rioseras Gómez
(G.E. Edelweiss)
Publicado en:
SEDECK. Boletín de la Sociedad Española de Espeleología y Ciencias del Karst. núm. 2. Diciembre de 2001. Págs.: 43 a 51.
En esta entrada del 'blog' se presenta una variante del artículo que se publicó resumido en el Boletín, consistente en la versión dada por el primero de los autores, en la charla del día 23/06/2001, durante las VI Jornadas Científicas de la SEDECK, en Espinosa de los Monteros (Burgos).




VI Jornadas Científicas de la SedecK.

LA TOPOGRAFÍA EN EL KARST DE OJO GUAREÑA


La importancia que se le da a la topografía, dentro de la espeleología, no estriba solamente en la necesidad de no perderse en el interior de las cuevas, aunque este es un aspecto que a veces hay que considerar. Es que cualquier estudio posterior al descubrimiento de una cavidad necesita un plano en el que basarse. De aquí que el levantamiento topográfico sea una de las primeras labores que se realizan.
La topografía es, por lo tanto, la primera de las técnicas auxiliares de la espeleología. O sea, una técnica auxiliar de una larga serie de ciencias
HISTORIA
Primera topografía de Atapuerca: 1868.

Antes de intentar presentar un resumen histórico de estos 45 años de trabajos topográficos en Ojo Guareña, hemos de empezar citando, cuando menos, la primera topografía espeleológica que se realizó en Burgos. Fue la de la CUEVA MAYOR del conjunto de Atapuerca, y data de 1868. Sus autores fueron los Ingenieros de Minas Pedro Sampayo y Mariano Zuaznávar.

Es un plano de PLANTA y ALZADOS de la cueva principal, sin gran minuciosidad de detalles, pero exacto, en cuanto al desarrollo y orientación de las galerías representadas y bastante acertado en las formas y proporciones de los contornos, aunque son solo estimados.
La Tribu del Cucudrulu Amarillo.

Damos un salto en el tiempo, dejando atrás materia sobre la que tendremos que volver:
Este título no corresponde a un grupo espeleológico, sino a la madre de un grupo espeleológico nacido en 1961 dentro de esta agrupación que había echado a andar en 1959, y que en 1963 se integró en el Grupo Espeleológico Edelweiss.
Empezamos nuestra andadura de la peor manera que pueda aconsejarse: de modo autodidáctico. Nosotros nos ilusionamos solos (esto es lo mejor del método), nosotros nos buscamos las cuevas, nos pertrechamos con materiales de puro derribo, aprendimos solos las técnicas de exploración y solos decidimos qué era lo que podía dar de sí nuestra actividad.
Pero la ilusión era el principal ingrediente, y esta se mantuvo, y aprendimos.
Esta imagen corresponde a la hoja de campo de la primera topografía realizada en la Cueva del Castillo de Burgos, hacia 1960. Una brújula, casi de botón, servía para orientar la hoja del dibujo y sobre ella trazábamos la alineación de la galería. Las manchas son constancia del sistema de iluminación: cera de la vela.


Croquis de Cueva Mayor 1961.

En las primeras exploraciones obteníamos croquis de memoria, una vez terminadas. Pero esto ponía de manifiesto que no todos los que habíamos visto una cueva en una misma jornada, éramos capaces de ponernos de acuerdo en la forma ni en las dimensiones que recordábamos, y mucho menos aún en las direcciones en las que las diferentes galerías progresaban.
Y, a veces, salíamos habiendo visitado un mundo con muchas más galerías que las que existían realmente.
Empezamos a emplear la brújula y nos buscamos una cinta métrica (los elementos indispensables). Con ello íbamos teniendo una idea mucho más aproximada de las cavidades que veíamos. Pero el instrumento utilizado era muy simple y pequeño. En las cuevas de Atapuerca, concretamente, se hizo evidente la necesidad de realizar un plano con métodos mucho más precisos.
Y así se hizo, en cuanto tuvimos la ocasión.


Brigada topográfica. Hacia 1930.

En nuestros primeros tiempos, la técnica estaba notablemente estancada y las referencias se hacían a la época “de antes de la guerra”. Cualquier aprendizaje, pues, debía basarse en los conocimientos clásicos y el apoyo material de que podíamos disponer no era precisamente de última generación. Pero cualquier aportación externa, por arcaica que esta fuese, era un enriquecimiento.

Con aparatos como el de la foto, hicimos las prácticas en la Escuela y estas enseñanzas fueron, lógicamente, las que se transmitieron al Grupo.



Datos de campo.

Una ventaja que presentaban estos viejos instrumentos es la de que no existían elementos internos escondidos en el interior de una carcasa de diseño, como en los actuales. Todos los dispositivos estaban a la vista, de modo que fácilmente se podía intuir su utilidad: Un anteojo hacía la puntería y con él se medía la distancia, un círculo graduado horizontal medía el ángulo de la dirección y otro círculo graduado vertical medía la inclinación.
Los datos de campo equivalentes en la topografía subterránea son el rumbo medido con la brújula (que no es más que un círculo graduado horizontal, con el índice autoorientable), un clinómetro para la inclinación y la cinta métrica que sustituye a la mira vertical o estadía (si estamos a la última, tendremos un distanciómetro manual en vez de la cinta métrica).
B, C y m, son los tres datos elementales de una medición de campo o de cueva.


Proceso general de Transformación.

Hasta hace pocos años, el dibujo del plano se llevaba a cabo directamente, desde los datos traídos de la cueva, al papel milimetrado, trazando gráficamente las poligonales en planta mediante un transportador de ángulos y reduciendo las distancias oblícuas a su proyección horizontal y vertical, también gráficamente.
La introducción, primero de las calculadoras de mano programables (que fueron de uso normalizado hacia 1975) y seguidamente de los ordenadores personales (1985), ha hecho viable que los datos de campo se pudieran procesar fácilmente y que las coordenadas polares anotadas, se transformaran mediante cálculo, en coordenadas rectangulares o cartesianas (descompuestas en X, Y, y Z), es decir, proyectadas sobre los ejes Oeste-Este, Sur-Norte y Nadir-Zenit.
Como consecuencia normal de este proceso se consiguió dibujar los puntos espaciales obtenidos, de forma casi automática en la pantalla del ordenador o en el papel


Proceso general de Transformación (2).

Pero esta transformación de los datos de campo a los resultados, a la que tendremos que recurrir no solo en el cálculo de la topografía de una cavidad sino también en la generalización de cualquier cartografía existente que queramos referir al sistema cartográfico que nosotros empleemos, no se hace de forma inmediata, sino que las coordenadas cartesianas que obtengamos a partir de las polares, estarán referidas a un sistema local, y tendremos que modificarlas a un sistema de coordenadas absolutas compatibles con un sistema de referencia universal (normalmente el UTM).
Esto se hace mediante tres operaciones básicas:
La ORIENTACIÓN, consistente en una corrección de GIRO, el CAMBIO DE ORIGEN, correspondiente a una TRANSLACIÓN y el FACTOR DE ESCALA, con el que se ajusta la PROPORCIÓN de las dimensiones.
Hecho esto correctamente, nuestro plano o nuestra cartografía estará en condiciones de representar algo que hayamos dibujado, sobre un soporte de referencia inequívoco. Tendrá una orientación, posición y dimensiones únicos.


Un resumen histórico.

La topografía que inicialmente se realizó en Ojo Guareña (Òscar Andrés, 1958), se concibió como representación global de un fenómeno inusual por su extensión, y por eso se hizo en un solo plano que cubría la totalidad de la cavidad conocida y a una escala pequeña, 1/2.500.
Tras la campaña de 1964, hubo que plantearse el cambio a levantamientos de mayor detalle, lo cual confluyó con el tiempo hacia la necesidad de realización de un verdadero Atlas que pudiese coordinar el maremagnum de hojas que se había creando.
La sistematización se fue generando a lo largo de un decenio, que conllevó paralelamente la organización del Catastro Espeleológico de Burgos.
En 1976, la incorporación de gente nueva en el Grupo, con la formación de un equipo caracterizado por la organización, la constancia y la disponibilidad de medios, hizo que el estudio de Ojo Guareña pudiera afrontarse de un modo racional y metódico que llevó a completar el conocimiento de todo el complejo en los siguientes diez años (Ojo Guareña. Monografía, 1986).


Espeleometría de Ojo Guareña.

Desde la tercera o cuarta campañas en que se obtuvieron notables resultados topográficos, se comenzaron a realizar las revisiones espeleométricas destinadas a ordenar los datos de campo y contabilizar el total del desarrollo obtenido.
Se han realizado al menos cuatro de estas revisiones. En algunas ha habido que hacer correcciones sobre el cómputo o cómputos precedentes, como ocurrió con la evaluación del año 1971.
Por lo general la progresión sigue una tónica lineal, cuya pendiente se acentúa entre los años 1980 y 1985. Después se queda estancada debido al cambio de zona de las exploraciones, hasta 1992, en que se produce un nuevo incremento, y llega casi igual hasta nuestros días.


Las primeras campañas en Ojo Guareña.

Las exploraciones espeleológicas en Ojo Guareña se iniciaron en 1956, pero existen testimonios de anteriores incursiones, como la de Gregorio López, un vecino del valle, que realizó, hacia 1940, la primera travesía conocida desde la boca de cueva Palomera hasta el fondo de la sima Dolencias.
Pero topográficamente es en la llamada “Mayor aventura subterránea del Mundo” de 1958 cuando empiezan los trabajos metódicos.
Después hubo un gran lapso en la actividad, hasta que en 1963 y 1964 se normalizaron las operaciones. En estas, el planteamiento cartográfico cambia, sobre todo en el criterio de aumentar la escala inicial de 1/2500 a 1/1000 y 1/500, organizando el trabajo en hojas solapables.

1958.

En la operación de 1958, el GES del Club Muntanyenc de Barcelona y un equipo compuesto por espeleólogos vascos, burgaleses y alcoyanos realizan el primer esbozo de la cavidad que comprende desde Palomera, hasta la Galería de la Esperanza en el Sector Este y las principales galerías del Dédalo Oeste, completando un recorrido topografiado de casi nueve km.


1963.

Salvo el levantamiento de los principales abrigos prehistóricos, no vuelven a acometerse labores topográficas hasta 1963, año en que se completa la topografía del Segundo Piso y la Galería de Italianos hasta el Laberinto Vitoria, el Laberinto Alcoy y zona de la Chimenea de los Huesos en el Sector Este, además de varias cavidades exteriores al complejo, sobre el Dédalo Oeste.
En 1964, se realiza la revisión del Tercer Piso y la topografía de nuevas galerías laterales de la Galería Principal y Sector Este.
En las cavidades exteriores se explora y topografían Covaneria, el Sumidero del Río Guareña y la Torcona.


Sistematización de la Topografía y el Catastro.

En 1966 se hace un levantamiento de detalle de la Sima Dolencias. Se realiza un itinerario taquimétrico para posicionar en superficie la Chimenea de los Huesos y se intenta su desobstrucción que no se logrará hasta el año siguiente.
Es descubierta la Segunda Galería Axial (el Aburrimiento) y se inicia su topografía. La Cueva Torcona (en el Sector de Resurgencia) supera los 2 Kms. Se topografían cuevas separadas en Villamartín (Cueva Racino) y la Cueva de Prado Vargas.
En 1967 se consigue el levantamiento casi total de la Galería del Aburrimiento. Tras conseguir la perseguida localización en superficie de la Chimenea de los Huesos, se procede a la revisión del Sector Este.
Al finalizar el mes de mayo el desarrollo del Complejo alcanza la cifra de 26,5 km.


1968.

Durante el año 1968 se consigue la comunicación de Cueva Cornejo con el Complejo por métodos acústicos. En agosto, en una campaña de ámbito nacional, se topografía el resto del Aburrimiento y los laberintos Alcoy y Vitoria. También se procede a la revisión de la Galería de los Italianos por la importancia que adquiere esta Segunda Axial.
El desarrollo total una vez finalizada la campaña es de 32 km.
En 1969 se topografían en el Sector Central las Galerías de la Fotokina junto con la Cámara de las Pinturas y parte de la Galería del Txocolatúa. Se intenta unir el Dédalo Oeste con la Cueva de San Bemabé. Al no conseguirse, se procede a una nueva revisión, gracias a la cual se descubren las galerías intermedias de las Huellas y GEBU, donde se encuentran las huellas humanas de pies descalzos.
En 1970 se levanta la zona del Cacique y las Huellas. Paralelamente se exploran y topografían todas las cavidades existentes en el Circo de San Bemabé, pero aún no se llega a enlazar con el Complejo.


1971. “50 Kms bajo tierra”.

En 1971, la necesidad de revisar todo el material topográfico existente, homogeneizar las escalas de los planos, y obtener levantamientos topográficos precisos de un gran número de zonas, anima al Grupo Espeleológico Edelweiss a llevar a cabo la campaña denominada «50 Kms. BAJO TIERRA», nombre que atiende al desarrollo topográfico propuesto como objetivo.
Para ello se logra una gran concentración de grupos especializados nacionales y extranjeros.
En el Dédalo Oeste se efectúa la colocación sistemática de estacas numeradas, jalonando una red de itinerarios taquimétricos, que servirán para compensar y elevar la precisión de otros levantamientos derivados de ellos.
En esta expedición se consiguen 10 Kms. de galerías topografiadas, tanto nuevas como revisadas. Fue un buen resultado, aunque la previsión había sido más optimista.
De esta campaña se debe destacar el logro de una metodología generalizada, aplicándose el primer sistema de coordenadas local (OG71) y la primera aportación de trabajos topográficos realizados por medios informáticos, por parte de los austriacos.
Entre 1972 y 1975 se sigue con las poligonales de unión con brújula taquimétrica en el Dédalo Oeste.
En 1973 se topografía la zona de los Revisionistas y se descubren las nuevas Galerías Dulla, que aportarán 10 km. más al Complejo.


Campañas de los 25 últimos años.

El año 1976 supuso un relevo casi total del elemento humano en el Grupo Espeleológico Edelweiss. Después de un periodo de inactividad en Ojo Guareña, una nueva generación de espeleólogos aborda otra vez la exploración. La labor topográfica de esta nueva época estará protagonizada de forma muy especial por Miguel Rioseras y Francisco Ruiz.
Topográficamente se inicia una revisión íntegra del Complejo, a una escala única de 1/500, y se renueva sustancialmente la organización.
En 1980, de cara a correlacionar todas las bocas del Complejo en el sistema de coordenadas UTM, se realiza la triangulación exterior para la fijación de una red propia de vértices topográficos.
En 1981 se conectan dos cavidades del Circo de San Bernabé con distintos puntos del Dédalo Oeste.
En 1982 se establece comunicación entre Cueva Cornejo y Cueva la Mina, por debajo del cauce del río Trema, en estiaje.
En 1983 se intuye, primero, y se descubre, la red de unión entre el Sector Dulla y la Segunda Axial.


1985.

En 1984 y 85 se atiende especialmente a completar la documentación precisa para la publicación del n° monográfico de «Kaite» sobre Ojo Guareña.
En el período de los diez últimos años se ha multiplicado por dos el desarrollo total.
En 1986 se da por terminada la exploración de Ojo Guareña, y el Grupo pasa a dedicarse íntegramente a nuevas zonas (Salvada y el Somo )
En 1992 la unión con la Sima Rizuelos suma 10 km más, y en 1999 la agregación de unos centenares de metros, hace llegar a Ojo Guareña al desarrollo de 100 kilómetros.
PLANTEAMIENTO TÉCNICO

Cuidado especial en las visuales.

La historia que tenemos entre manos va de los acontecimientos, que hemos contado escuetamente y de las técnicas aprendidas, que poco a poco fueron mejorando nuestros métodos de trabajo.
Entramos en la consideración de algunos aspectos de la metodología general.
El método operativo más comúnmente utilizado en la topografía espeleológica, es el de las poligonales y radiaciones cuyas visuales se materializan entre las posiciones del ojo del operador y la luz del acompañante.
Estas visuales son sensiblemente paralelas a la línea natural del terreno y la distancia medida es aproximadamente igual a la existente entre las pisadas de ambos.
Evidentemente, si no se pone un cuidado especial, la coincidencia entre las medidas tomadas y los valores reales, no será cierta.


Los bastones de estacionamiento.

Desde los trabajos realizados en 1967, en la ejecución de poligonales básicas, se han venido usando los bastones de estacionamiento.
Este sistema ha reducido en gran medida los errores de dirección en las visuales, pero sobre todo ha mejorado las medidas de las distancias y la del ángulo vertical.


Configuración del cálculo en función de los instrumentos.

En la actualidad, el cálculo de cualquier levantamiento topográfico, se lleva a cabo mediante ordenador y programas específicos.
Es muy conveniente que estos contemplen la posibilidad de configurar la entrada de datos, de modo que se tenga en cuenta la diversidad de parámetros que pueden modificar los resultados.
Aquí tenemos una ventana de configuración según el instrumento utilizado:
Se distingue primeramente el tipo genérico de instrumento.
A continuación, el sistema de graduación de la brújula (o goniómetro, en general), el sentido de crecimiento del limbo y la característica del índice(orientado o móvil), la declinación específica de la brújula más la convergencia y la mínima división angular.
Para el clinómetro hay que considerar el sistema de graduación, el origen de esta, la posible descorrección y la mínima división angular.


Grado de fiabilidad en función de los métodos.

Otra ventana de configuración interesante, aunque de importancia secundaria, corresponde a la del método empleado. Los parámetros en juego evalúan los métodos de orientación de las líneas, del estacionamiento puntual, medida de distancias y referencia vertical, además de poderse indicar el empleo de otros métodos menos usuales.
Mediante la introducción de estos datos, el programa puede determinar el grado de fiabilidad de la topografia realizada.


Otros métodos topográficos.

Bajo tierra han sido utilizados, prácticamente, todos los métodos topográficos que puedan ser usuales en los trabajos de superficie, siempre convenientemente adaptados.
Este, el de la plancheta topográfica, se ha puesto en práctica solamente en áreas muy concretas, cuando predominaba la radiación sobre los itinerarios y cuando la gran profusión de detalles a representar hacía conveniente tomarlos “in situ” para que el plano saliera de la cueva ya casi terminado y con todas las comprobaciones precisas.
Otro instrumento, la brújula taquimétrica, provista de anteojo y también montada sobre un trípode, se ha utilizado sobre todo en poligonales, y aquí, se ha manifestado como más conveniente que el taquímetro, ya que en itinerarios largos, este último, al no ser autoorientable, acaba dando mayores errores de cierre.
También se ha utilizado, en poligonales con exigencia de alta precisión, un equipo de poligonación con centrado forzoso, consistente en una estación total intercambiable con dos señales, sobre un conjunto de soporte de tres trípodes con sus respectivas plataformas nivelantes.


Necesidad del posicionamiento externo en O.G.

Los amplios márgenes de error con los que se trabaja en el interior de la cavidad, pueden resultar desorbitados en un complejo como Ojo Guareña que alcanza los 100 Kms. de desarrollo.
Sin embargo, la experiencia nos ha demostrado que con el sistema de trabajo empleado por el Grupo en la construcción de grandes poligonales base con equipo ligero de brújula y clinómetro Suunto (y cuidadas de forma especial), los errores de cierre en el plano horizontal raramente superan los 5 m. en valor absoluto por cada 1.000 m. de itinerario.
El gran número de bocas de cavidades, intercomunicadas o no, de que consta O.G., y el objetivo de poder mejorar la precisión de la red de topografía interior en su conjunto, hacía necesario ajustar toda la malla de itinerarios internos del Complejo a unas nuevas estaciones topográficas exteriores que se debían fijar cerca de las bocas de las cavidades.
Concretamente en el Sumidero del Río Guareña, San Bernabé, Dolencias, Palomera, Huesos y Cueva Cornejo.
Lo mismo se haría en las bocas de las mayores cavidades separadas:
Kaite, Rizuelos, Cubía, Covanería, La Mina.
Esto perseguía dos resultados importantes: Primero, el de compensar definitivamente los errores de la topografía por sectores, y segundo, transformar las coordenadas locales en coordenadas pertenecientes al sistema de proyección UTM, adoptado internacionalmente, es decir, lograr un posicionamiento global para cualquier punto de Ojo Guareña.


Fases de la triangulación de Ojo Guareña. General.

La realización de una triangulación del territorio en el que se emplaza Ojo Guareña, fue propuesto ya en 1968.
El proyecto, con una primera maqueta de los vértices necesarios y de los triángulos posibles, quedó a la espera de medios, en 1971.
Finalmente, en 1980 se pudieron acometer los trabajos de campo.


En un vértice.

Los trabajos en la red de triangulación exterior, constaron de dos fases.
La primera con la instalación de banderas en 14 vértices principales y la segunda, de observaciones angulares con teodolito.
Las banderas bicolor, se encontraban instaladas en unos mástiles, sujetos con tensores para evitar que fueran derribados por el viento.
El estacionamiento del teodolito se hizo en muchas ocasiones de forma excéntrica, respecto a la señal instalada, para evitar su desmontaje y posterior reinstalación.
En la fase de observaciones con teodolito se utilizó por cada equipo móvil un vehículo, un radioteléfono, un flash electrónico para señalar la posición por destellos y un jalón de tres metros, para marcar la posición del punto a visar.
El instrumental topográfico estaba compuesto por un teodolito WILD T2, de segundos, con su correspondiente trípode y elementos accesorios.


Gráfico cadena “J”.

Basándonos en los vértices geodésicos más próximos: Bedón, Pantarra y Quisicedo, se enlaza con los vértices que componen nuestra red de triangulación topográfica.
Posteriormente, por el método de Trisección Inversa Múltiple mediante observaciones dirigidas a los vértices de nuestra red, se determina la posición de otros puntos topográficos secundarios. Y desde estos, por radiación o mediante poligonales, se determinan las coordenadas de unos puntos de tercera categoría (en nuestra escala), situados junto a las respectivas bocas de las cavidades, las cuales son las referencias de arranque y cierre para las poligonales topográficas interiores.


Fases de la triangulación de Ojo Guareña. Gabinete.

Ciñéndonos a los trabajos derivados de la triangulación, las labores a efectuar en gabinete se prolongaron durante un año. La primera operación fue reducir al centro de la señal, las visuales dirigidas desde las estaciones excéntricas (corrección de excentricidad).
Seguidamente, se intentó fijar la posición de algunos de nuestros vértices mediante trisección inversa, con las visuales dirigidas a distintos aparentes vértices geodésicos. Esta operación tuvo que ser abandonada. (Y es que las trisecciones inversas pueden ser muy traidoras).
Se pasó a fijar la posición, escala y orientación de dos vértices básicos, mediante tres únicos vértices geodésicos externos fiables: Quisicedo y Bedón, como partida para el cálculo, y Pantarra como comprobación.
El resto fue el cálculo rutinario de cada triángulo por separado y su correspondiente corrección de cierre angular, la definición de las posibles cadenas de triángulos, el cálculo de las que ofrecían los mejores cierres, y la compensación final de la cadena (“J”) que mejor se adaptó a la media.
Todo el cálculo se hizo con una calculadora científica programable Hewlett Packard HP25, del año 1975, que admitía 49 pasos encadenados de operaciones básicas, con salida exclusivamente numérica por pantalla de una línea de dígitos y sin memoria contínua.
Supongo que con esto explico un poco la duración del trabajo. Los ordenadores personales aún tardaron en llegar.


Correspondencia con la red externa.

Los puntos topográficos base, derivados de los vértices de triangulación exterior, se encuentran cerca de las distintas bocas de las cavidades.
Por lo tanto, una vez conocida la situación exacta de estos puntos, el trabajo de coordinar los distintos levantamientos se centra en compensar los itinerarios básicos que, recorriendo las galerías principales de cada sector, vayan encuadrándose en todos los puntos base posibles.
La realización de varios trabajos subterráneos, llevados a cabo con diferentes brújulas y por distintos elementos humanos, hará necesaria una coordinación a la hora del ensamblaje de los mismos y en el momento de proceder al ajuste sobre la red topográfica y la cartografía de superficie.
Hay unos factores que pueden distorsionar el buen resultado, si no son tenidos en cuenta.
Por un lado, la DECLINACIÓN MAGNÉTICA, y por otro, la CONVERGENCIA de MERIDIANOS.


Declinación magnética local (o geográfica) y temporal (o secular).

La DECLINACIÓN MAGNÉTICA es un fenómeno terrestre conocido, del que podemos obtener su valor para UN TIEMPO y UN LUGAR determinados.
Mediante la Carta de Declinaciones, publicada por el IGN para la época de 1990, podemos determinar la declinación actual o para otro tiempo distinto, aplicando la línea isógona correspondiente al lugar, y corrigiéndola de la variación secular, mediante la suma del valor de la línea isópora multiplicado por el tiempo transcurrido desde la época de referencia.
Pero hay anomalías y perturbaciones para la declinación, que se añaden al valor local y temporal.
Los valores de estas son grandes y es necesario determinarlos.
Las anomalías son siempre locales. Están constituídas por la presencia de masas magnéticas naturales o artificiales. Si son pequeñas se detectan a pocos metros y son evaluables si en una poligonal se hacen siempre lecturas recíprocas desde cada extremo de una visual.


Perturbaciones.

El primer problema que se suele presentar en la topografia espeleológica y en cualquiera que se base en el manejo de brújulas, es el de las perturbaciones magnéticas, debidas a elementos magnéticos móviles y a menudo autoportados. Cualquier objeto de hierro o acero cercano, u otra brújula, deben suprimirse.
Nuestro personaje de la foto, el compañero Félix Rojo, ya lo aprendió en 1956: cambió su casco de acero de las Brigadas Internacionales por un sombrero que le libraba, igualmente, de las goteras.


Declinación magnética de cada brújula.

Hay que tener muy en cuenta, que cada brújula tiene su propia declinación magnética.
El propio proceso industrial de fabricación es el causante. Una aguja de acero, para ser magnética necesita la acción de un campo electromagnético externo. El eje de este campo, rara vez coincidirá exactamente con el eje físico de la aguja, en el instante de la magnetización.
Y consecuentemente, las diferentes agujas imantadas incluso por un mismo fabricante, no tienen por qué orientarse igualmente.
Por este motivo, el conocimiento teórico de la declinación magnética terrestre, pasa a ser un factor secundario, que se queda desplazado por la necesidad de conocer la declinación magnética específica de la brújula con la que estemos trabajando.


Estación de declinaciones en Palomera.

El problema del conocimiento de la DECLINACIÓN DE UNA BRÚJULA, en un lugar y en un tiempo determinados, se soluciona con solo conocer la diferencia entre el rumbo de una visual dirigida con ella y el azimut o dirección verdadera de esa misma visual.
El sistema adoptado en Ojo Guareña, desde 1971, es el de fijar una estación de DECLINACIONES en un punto marcado y accesible (cercano a la entrada de Palomera), desde el cual se determinaron (por observaciones al sol) los azimutes correspondientes a dos visuales dirigidas a dos escarpados visibles.
Cualquier brújula que se deba utilizar en trabajos de topografia en el complejo, debe, antes o después, pasar por esta estación y contrastar los rumbos de las visuales que dirija a estos dos puntos, con las del patrón.
Por este método obtenemos la declinación propia de cada instrumento.
De siete brújulas contrastadas en la campaña de 1971, en la estación de Palomera, obtuvimos valores de la declinación que oscilan entre los cuatro y los siete grados y un tercio, hacia el Oeste. Hay, por lo tanto, una diferencia neta de más de tres grados y medio.
En el gráfico, las brújulas números 2, 3, 4 y 5 son todas de la marca Suunto y de modelos muy similares. Hay una diferencia máxima de un grado y medio entre ellas.


Convergencia de meridianos

La adopción del sistema de proyección UTM, en la representación de una zona cartografiada, hace necesario que se tenga en cuenta otro factor de desorientación: La convergencia de meridianos.
La proyección UTM se basa en una retícula rectangular, en la que, por ello, las líneas que definen las abscisas y las ordenadas son perfectamente perpendiculares. Mientras que las coordenadas geográficas, están definidas por paralelos equidistantes y meridianos convergentes, en función de la latitud.
En la provincia de Burgos estamos muy próximos a la longitud en que el huso de referencia UTM es tangente al meridiano geográfico de referencia, es decir, estamos muy cerca de la línea central del huso.
Por este motivo, el valor angular de la convergencia entre el meridiano local y las líneas S-N del sistema UTM, es muy bajo. En Ojo Guareña, el valor medio es de 0º 28’.
Pero en zonas más alejadas de esta línea central, el valor será más notorio. Por lo tanto, el valor de la convergencia de meridianos deberá tenerse en cuenta y habrá que incrementárselo al valor de la declinación de la brújula.

Una vez vistos los antecedentes históricos de los trabajos de topografía llevados a cabo en Ojo Guareña, y el desarrollo de la campaña de triangulación exterior que ha sido precisa para dotar de coordenadas fiables a los puntos de arranque de las topografías interiores, pasaremos a ver las características que definen este nuevo campo de trabajos que, aunque técnicamente ocupa una fase dependiente de la anterior, ha sido desarrollada realmente con antelación a ella, en distintas campañas, y por lo tanto se ha tenido que acoplar a los nuevos resultados obtenidos.
El texto de la segunda parte de la charla, de Miguel Angel Rioseras Gómez, relacionado con las imágenes correspondientes, puede verse en la página web del Grupo Espeleológico Edelweiss, con el mismo nombre de esta entrada del blog.
 




Publicado por Pere Plana Panyart, 02/06/2011.